viernes, 5 de febrero de 2016

Esperando a Beatriz Osés con "El secreto del oso hormiguero"

Para final de febrero recibiremos la visita de una autora que, aunque madrileña de nacimiento, podemos considerar como extremeña pues aquí vive, desarrolla su actividad como profesora de Instituto y escribe que es el motivo por el que vamos a contar con su presencia. 
Vamos a acercarnos a su libro "El secreto del oso hormiguero", con el que Beatriz Osés obtuvo el Premio Internacional de Poesía Infantil "Ciudad de Orihuela". De este libro, magníficamente imaginado por Miguel Ángel Díez, os dejamos varios de sus poemas para que vayáis conociendo a su autora.
Un libro en el que una niña pide al viejo tigre que le lea, que le cuente...y él comienza a desgranar poemas para dormir a la niña, en algún momento es el propio tigre quien casi cae dormido. Varios ejemplares de "El secreto del oso hormiguero" os esperan en la Biblioteca y, seguro, que su lectura no os defraudará.
Estos poemas los encontraréis también en el espacio expositivo de la Biblioteca junto con el resto de libros de Beatriz. 




"En voz baja"

El viejo tigre
guarda sus colmillos
en un vaso de agua.
La niña le mira,
sonríe,
se acerca a su cama.
Le tiende unas gafas,
le pide que lea...
que cuente en voz baja. 





"El abrazo del oso panda"

Bastaría el abrazo
del oso panda
para que durmieras
tranquila,
sin miedos,
sin guerras,
sin armas.
  




"No te duermas"

A veces,
el tigre
se queda en silencio.
Cierra los ojos,
ronca hacia dentro.
Le doy un codazo.
¡Quiero otro cuento!
El tigre suspira.
¿No tienes sueño?
 

"La nostalgia del león"

Melenas de oro.
El león se hace trenzas
si se siente solo.

Melenas de plata.
El león te recuerda
desde su ventana.

Melenas de bronce.
El león se desvela
cuando cae la noche.
 

3 comentarios:

Marisa Alonso Santamaría dijo...

¡Genial!
Un abrazo

Lía dijo...

Ves, a mí me pasaba lo que al tigre.
Cuando intentaba dormir a mi hijo contándole cuentos o historias que me inventaba, nunca llegaba más allá de un cuarto de hora, y ya estaba dormida como un tronco.
El niño se bajaba de la cama, se iba con su padre, y le decía:
- Mamá ya se durmió.
Y el asunto era que luego me tenían que despertar a mí.............
Estos poemas, me lo han recordado con una sonrisa.

Ana Martínez dijo...

Una preciosidad de poemas. Gracias por compartirlos. Muy buena semana.