"Dos de abril de 2019"
Un año más y coincidiendo con esta fecha celebramos el "Día Internacional del Libro Infantil" en recuerdo de Hans Christian Andersen. Mensaje y cartel llegan desde Lituania y ambos son obra de Kestutis Kasparavicius, sirvan como llamada de atención con el compromiso que debe acompañar durante los 364 días restantes, incentivar y promocionar al libro como compañero de viaje en muchos momentos de nuestras vidas.
Los libros inspiran pausa
“¡Voy
con prisa!”, “¡No tengo tiempo!”, “¡Adiós!”… Expresiones semejantes pueden
oírse quizá a diario, no solo en Lituania —en el centro mismo de Europa—, sino
en muchas partes del mundo. Y con frecuencia parecida se oye decir que vivimos
en la edad de la abundancia de información, la prisa y la precipitación.
Sin
embargo, tomas un libro entre las manos y, de alguna manera, te sientes
distinto. Y es que los libros tienen una estupenda cualidad: te inspiran
serenidad. Con un libro abierto y sumergido en sus tranquilas profundidades, ya
no temes que todo te pase de lado a toda velocidad, sin llegar a apreciar nada.
Empiezas a creer que no será preciso lanzarse como loco a tareas de dudosa
urgencia. En un libro todo sucede sigilosamente, en orden y según una
secuencia. ¿Será tal vez porque sus páginas están numeradas y las hojas al
pasar crujen tranquilamente y con un suave efecto relajante? En un libro los
acontecimientos pasados se encuentran plácidamente con los que han de venir.
El mundo
del libro es muy abierto; su realidad sale al encuentro amistoso con el ingenio
y la fantasía, y a veces ya no sabes muy bien dónde —si en un libro o en la
vida— has notado de qué manera tan bella caen al derretirse las gotas del
tejado nevado, o de qué forma tan encantadora cubre el musgo la cerca del
vecino. ¿Ha sido en un libro o en la realidad donde has experimentado que las
bayas del serbal no son sólo bellas, sino amargas? ¿Acaso sucedió en el mundo
de los libros, o de verdad estabas tumbado sobre la yerba en verano, y después
sentado con las piernas cruzadas, contemplando las nubes que surcaban el cielo?
Los
libros ayudan a no acelerarse, enseñan a observar; los libros invitan, incluso
obligan a acomodarse, pues casi siempre los leemos sentados, poniéndolos en la
mesa o en el regazo, ¿no es así?
¿Y
acaso no habéis experimentado otra maravilla: que cuando leéis un libro, el
libro os lee a vosotros? Sí, sí, los libros también saben leer. Os leen la
frente, las cejas, las comisuras de los labios, que ahora suben, ahora bajan;
sobre todo, por supuesto, os leen los ojos. Y por los ojos entienden… adivinan…
Bueno, ¡vosotros mismos sabéis qué!
No
tengo duda de que a los libros les parece muy interesante estar sobre vuestro
regazo, pues una persona que lee —sea niño o adulto— solo por eso ya es
bastante más interesante que la que se resiste a tomar un libro entre las
manos, que la que —siempre con prisa— no llega a sentarse y no tiene tiempo de
fijarse en casi nada. Este es mi deseo para todos en el día internacional del
libro infantil: ¡Que existan libros interesantes para los lectores y lectores
interesantes para los libros!
Texto e ilustración: Kęstutis Kasparavičius. Traducción: Carmen Caro
2 comentarios:
¡Qué bien verte por aquí, Julio! La verdad es que se te echa de menos, pero no podías faltar a la cita del día 2 de abril, tan importante para todos los lectores infantiles y no tan infantiles.Seguiremos leyendo, inventando y disfrutando con la lectura porque no hay nada como tener un buen libro por compañero. Me alegro de saber de tí. Un abrazo amigo.
¡Gracias Julio! Seguiremos con nuestra pasión por los libros
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