viernes, 19 de junio de 2020

Antonio Mejías - Premio Charo González

Antonio Mejías Melguizo es el autor que ocupa esta nueva entrada. Desde Granada dos poemas, el primero "Mirlo" de su libro "Alas del aire" que vio la luz en 1989 dentro de la colección "Caballo de cartón" de Ed. Escuela Española. El libro aúna una doble vocación del autor, poesía y naturaleza, pues recoge un conjunto de poemas con los pájaros como protagonistas.
El segundo de los poemas llevó a su autor a ganar el  Premio Nacional de Poesía Infantil "Charo González" en su décima edición. Reconocer aquí la extraordinaria labor de la Fundación Conrado González que desde La Bañeza en tierra leonesas da vida al mismo, así como a su cuidada revista "Charín". Desear larga continuidad tanto al premio como a la revista, referencia ambos en el panorama nacional de la poesía infantil


 Portada de "Alas del aire" 

"Mirlo"

Decir mirlo es decir agua,
seto, fronda, matorral
o campesino de luto 
que ha emigrado a la ciudad.

Es decir silbidos frescos,
dorados con sombra verde,
melodía azul del río
que entre los álamos crece.

Es decir campo y mañana,
paz de la vega y la acequia,
olor a fruta madura,
sabor a naturaleza.

Revista Charín - Nº 9 
que incluye el poema premiadoC
h
"La granja de Malena"
En la granja de Malena
todo puede suceder,
que la lluvia tenga canas
y fiebre el aterdecer;
que amanezca al mediodía,
el viento lleve zapatos
que las vacas pongan huevos
o que se afeiten los gatos.
Está a la vera del río,
en una esquina del tiempo,
al pie de la primavera 
rodeada de misterios.
Por la puerta entra el campo,
por el tejado los sueños,
por las ventanas la luna,
por la chimenea el invierno.
En el calor del establo
anida la golondrina
y en el agua de la alberca
dos estrellas y la brisa.
En lo alto del tejado 
vive y sueña la veleta
con que una noche la luna
se quede a dormir con ella.
Un silencio verde tibio
echa la siesta en la huerta
y un rojo recién nacido
pregunta por las cerezas.
Los olivos echan nueces,
el peral da calabazas,
la higuera cacahuetes
y aguacates en las parras.
La huerta se ha vuelto loca,
esto puede ser mi ruina,
tiene que venir a verla
un huertero especialista.
Le analiza el rocío,
el color de las manzanas
y por fin da su diagnóstico:
- La huerta está enamorada.
Malena entonces comprende 
hasta el detalle menor, 
la locura de su granja 
se debe sólo al amor.