Un año más conmemoramos el 2 de abril, "Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil", y siempre con el recuerdo de H. C. Andersen como protagonista de la fecha. Para el 2018 mensaje y cartel llegan desde Letonia como invitación a la lectura, no sólo en este día sino a lo largo de los 364 restantes.
Los libros hacen grande lo más
pequeño
de Inese Zandere
Las
personas tienden al ritmo y a la regularidad, de la misma forma que la energía
magnética organiza las virutas de metal en un experimento de física, de la
misma forma que un copo de nieve crea cristales a partir de agua. Ya sea en un
cuento de hadas o en un poema, a los niños les gusta la repetición, los
refranes y los motivos universales porque pueden reconocerse una y otra vez;
dan regularidad a un texto. El mundo adquiere un orden precioso. Aún recuerdo
que de niña luchaba conmigo misma por defender la justicia y la simetría, la
igualdad de derechos para la izquierda y la derecha: si tamborileaba con los
dedos una melodía sobre la mesa, contaba cuántas veces debía golpear con cada
dedo para que los demás no se sintieran ofendidos. Solía aplaudir dando una
palmada con la mano derecha sobre la izquierda, pero pensé que eso no era justo
y aprendí a hacerlo al contrario, con la izquierda sobre la derecha. Por
supuesto, este afán instintivo de equilibrio resulta gracioso, pero lo que
muestra es la necesidad de evitar que el mundo llegara a ser asimétrico. Tenía
la sensación de ser la única responsable de todo su equilibrio.
La
inclinación de los niños hacia los poemas y las historias surge, igualmente, de
su necesidad de llevar regularidad al caos del mundo. Desde la indeterminación
todo tiende hacia un orden. Las canciones infantiles, las canciones populares,
los juegos, los cuentos de hadas, la poesía… son formas de existencia
rítmicamente organizadas que ayudan a los más pequeños a estructurar su
presencia en el gran caos. Crean la conciencia instintiva de que el orden en el
mundo es posible y que todas las personas tienen en él un sitio único. Todo
fluye hacia este objetivo: la organización rítmica del texto, las series de
letras y el diseño de la página, la impresión del libro como un todo bien
estructurado. La grandeza se revela en lo más pequeño y le damos forma en los
libros infantiles, incluso cuando no estamos pensando en Dios o en los
fractales. Un libro infantil es una fuerza milagrosa que promueve el enorme
deseo de los pequeños y su capacidad de ser. Promueve su coraje para vivir.
En un
libro, los pequeños siempre son grandes, de manera instantánea y no solo cuando
llegan a adultos. Un libro es un misterio en el que se encuentra algo que no se
buscaba o que no estaba al alcance de alguien. Lo que no pueden comprender
lectores de una cierta edad permanece en su conciencia como una impronta y
continúa actuando aun cuando no lo entiendan completamente. Un libro ilustrado
puede funcionar como un cofre del tesoro de sabiduría y cultura incluso para
los adultos, igual que los niños pueden leer un libro destinado a adultos y
encontrar su propia historia, un indicio sobre sus vidas incipientes. El
contexto cultural modela a las personas, estableciendo las bases para las
impresiones que llegarán en el futuro, así como para las experiencias más
difíciles a las que tendrán que sobrevivir sin dejar de ser íntegros.
Un
libro infantil representa el respeto por la grandeza de lo más pequeño.
Representa un mundo que se crea de nuevo una y otra vez, una seriedad lúdica y
preciosa, sin la que todo, incluida la literatura infantil, es simplemente un
trabajo muy pesado y vacío.
1 comentario:
Muy buena entrada. Me ha gustado leerla. Buena semanaaaaaa
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