Un día para recordar y el resto ... para ponernos a la tarea de dar lo mejor por la infancia y para conmemorarlo el barquito de Carlos Blanco se ha aventurado en el Atlántico y nos ha llevado hasta Argentina para, en esta entrada, presentar un poema de Elsa Bornemann y acompañarlo de la ilustración de Nerina Canzi.
No abandonamos las aguas y dedicamos muy especialmente la entrada a Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que murió ahogado junto a su madre y sus hermanos en el Mediterráneo. Aylan acudía a la busca de esos derechos del niño, derechos que se les niegan a tantos niños en tantos lugares de este planeta.
No abandonamos las aguas y dedicamos muy especialmente la entrada a Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que murió ahogado junto a su madre y sus hermanos en el Mediterráneo. Aylan acudía a la busca de esos derechos del niño, derechos que se les niegan a tantos niños en tantos lugares de este planeta.
"Somos..."
deElsa Bornemann
Somos los que nos dormimos con un cuento.
Los que pensamos que el cielo cabe en una nube.
Los que sabemos que para hacer los pájaros
se eligen los mejores trozos de libertad.
Los que nos sabemos vender sonrisas
ni tragarnos el llanto.
Somos la esperanza. Eso dicen.
Somos los de las eternas piruetas,
los de las palabras sin sentido,
los de los chistes inocentes.
Somos los pequeños payasos, que reímos
porque la vida nos hace cosquillas,
Somos niños.
¡Regálennos un mundo de paz y amor!
2 comentarios:
Preciosa poesía.Qué difícil se está poniendo eso de regalar a los niños un mundo en paz.
Un abrazo.
Conchita Bayonas
El mundo es de cercanías, Conchita. ¡Y no damos para más en nuestro ombliguismo!
A veces, demasiado cerca de nosotros, están niños a los que SÍ podemos conceder nuestro apoyo cotidiano. Y luego, además, están los millones de pequeños que nos interrogan, con los ojos muy fijos en cada uno de los adultos que poblamos esta locura, acerca de qué vamos a dejarles en herencia. Y es demoledor saberlo ya y no hacer más aquí, al lado.
Un abrazo, maestros. Confinado siempre en vuestra mano acogedora.
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